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Feb
Las implicaciones de la implementación del T-MEC.
Tras varios meses de negociaciones, el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) ya fue ratificado por las dos primeras naciones mencionadas y se espera que en marzo, el gobierno canadiense también lo avale, con lo que el acuerdo entraría en vigor en el segundo semestre el año.
En el marco del Taller “T-MEC 2020”, organizado por la firma EY México, los especialistas coincidieron en que nuestro país enfrenta grandes retos para la implementación del nuevo acuerdo, por lo que es prioritario que las empresas tengan un entendimiento claro sobre el impacto que éste puede generar en su operación e inversión, a fin de contar con los elementos necesarios para tomar decisiones informadas.
Rocío Mejía, socia líder de Global Trade e Impuestos Indirectos de la firma, señaló que las reglas de comercio establecidas en el tratado pueden beneficiar a muchas empresas si se ejecutan de manera adecuada.
Señaló que se espera que el T-MEC entre en vigor 90 días después de la última ratificación, la cual se espera ocurra en marzo.
Dentro de los sectores que mayor impacto tendrán en sus operaciones, se encuentran el sector laboral y la industria automotriz.
Sector laboral
Diego González, associate partner de EY Law, explicó que en el acuerdo se destacan las reglas y principios en materia laboral que tendrán que cumplir los estados miembro, con personal dedicatoria para México.
Enfatiza que se debe poner especial atención en los estándares laborales, tales como respetar la libertad sindical y negociación colectiva, erradicar la precarización laboral, además de que el acuerdo comercial introduce un mecanismo de verificación y sanción ante posibles negativas de los derechos laborales.
“Uno de los rubros, que se espera que cause mayor impacto en las operaciones de las empresas del país, es el apartado laboral, el cual ha ejercido y seguirá ejerciendo una gran influencia sobre la práctica laboral mexicana, ya los primeros efectos se palparon con la reciente reforma laboral en materia sindical y resolución de controversias, instrumentales para lograr la negociación definitiva”, mencionó.
González explica que dentro de los acuerdos se estable un mecanismo de respuesta rápida, por lo que, si algún miembro tiene la presunción de una posible violación a los derechos laborales en otro país, se puede solicitar una revisión o inspección e incluso solicitar un panel de expertos que verifique el estado de los trabajadores dentro de una empresa.
“Si el panel confirma la violación, se imponen ciertas sanciones que van desde la suspensión del tratamiento arancelario diferencial, multas y en caso de reincidencia se le prohibirá el mercadeo de productos o servicios de ese centro de trabajo con los países del acuerdo comercial, es decir, no podrá exportar”.
Industria automotriz
Una vez que entre en operación el nuevo acuerdo comercial, la industria automotriz tendrá 90 días para dar el primer incremento en valor de contenido regional (VCR), lo que significa que 66% del contenido del auto deberá estar conformado de bienes originarios de Norteamérica en lugar de 62.5% que se establecía en el TLCAN.
Asimismo, contempla que a enero del 2023 aumente de manera escalonada a 75% el VCR para vehículos y 70% para camiones, y se agrega un cálculo para determinar el Valor de Contenido Laboral (VCL), que incluye el valor de materiales fabricados con salarios de 16 dólares por hora.
Cabe mencionar que en México los salarios de la industria automotriz instalada en México es menor a los 500 dólares mensuales, muy por debajo de lo que se establece en el T-MEC.
Teresa González, socia de global trade de EY, consideró que la mayoría de las armadoras están listas para dar el primer salto en contenido regional, pues han tenido el tiempo suficiente, el problema viene después.
“Ello implica que no sólo las armadoras, sino sus proveedores consideren hacer modificaciones en su cadena de suministro para alcanzar estas metas más altas”.
Indicó que en el caso del acero, que se utiliza para producir un vehículo o un camión, en el tratado se pretende que se cumpla con 70% del valor de contenido regional, por lo que podrán considerarse diversos periodos para su cálculo, incluido el año fiscal del productor, año calendario o trimestre/mes hasta la fecha que se exportará el vehículo. A la vez, se establecen los procesos que deberá cumplir el acero dentro de los siguientes siete años para considerarse como originario.
Asimismo, el acuerdo establece que el tratamiento del aluminio que se utilice en esta industria se someterá a revisión en 10 años para determinar si es factible establecer reglas de origen más restrictivas.
En cuanto a protección en tarifas como nación más favorecida, Jorge Nacif, associate partner de Global Trade, explica que los vehículos clasificados en las subpartidas 8703.21 a 8703.90 no excederán de 2.5%, cuando no califiquen como originarios del T–MEC.
Los consultores coincidieron en señalar que la producción de automotores a precio competitivo en México se complicará si no se mantiene el nivel de ensamble que se ha registrado en los últimos años, el cual se ve amenazado por la contracción en la demanda que, en el caso interno, acumula 31 meses a la baja, en tanto que el margen operativo de la industria terminal se ha reducido.